El escudo vikingo era el principal recurso defensivo que este pueblo nórdico tenía en su arsenal. Recordemos que la Alta Edad Media era una época en la que las armaduras y los yelmos estaban al alcance de unos pocos por ser muy costosos.
Además, se trata de una protección verdaderamente versátil. En primer lugar, era compatible con un arma de una mano, como la espada o el hacha vikinga. En segundo lugar, permitía el célebre muro de escudos.
Un objeto fundamental
Los barcos vikingos contaban con un lugar específico para colgar los escudos, en la barandilla. Las llamadas ‘listas de escudos’ protegían a las tripulaciones de las olas y del viento. Y, además, permitían tener a mano estas armas sin ocupar espacio en cubierta.
Por otra parte, existen sagas y composiciones poéticas que dan cuenta de la importancia que los vikingos daban a sus escudos. Un ejemplo de ello son los llamados «poemas de escudos», entre ellos Ragnarsdrápa (siglo IX), el cual describe escudos pintados con escenas de la mitología nórdica.
Mucha de la información que tenemos sobre estos escudos proviene del barco funerario de Gokstad. Este navio, enterrado en Noruega, contenía un interesante ajuar con numerosos objetos. Entre ellos, escudos.
Tipos de escudos vikingos
Sin duda a todos nos viene a la mente el mismo tipo de escudo vikingo, pero la arqueología y los testimonios históricos nos indican que no todos los escudos eran iguales. Por ello, podemos diferenciar dos diseños:
- Escudo redondo. El más extendido al principio de la época vikinga y hasta el siglo X. Ligero y de poco grosor, permite el muro de escudos. Las dimensiones de estos escudos son muy diversas, desde los 45 a los 120 centímetros de diámetro. El tamaño estándar oscilaba entre los 75 y los 90 centímetros, aunque el diámetro fue aumentando con el paso de los siglos.
- Escudo de cometa. Con forma de lágrima invertida, fue una evolución del circular y se utilizó entre los siglos X y XIII. Aparecen en numerosas ilustraciones, como el Tapiz de Bayeux.
El escudo circular estaba concebido para proteger el torso. En los últimos siglos de la época vikinga fue remplazado por el de cometa, cuya parte inferior custodiaba también las piernas. Además, el de cometa era más pesado y resistente, y por lo tanto más fiable para el combate. Incluía un sistema de sujeción que mejoraba el agarre.
La fabricación del escudo vikingo
Escudo vikingo redondo
¿Cómo se hacían los escudos vikingos? El redondo está constituido por listones de madera dispuestos horizontalmente. Normalmente se utilizaba madera de tilo, aunque también se ha encontrado escudos de abeto, de aliso y de álamo.
Estos listones eran más espesos en la zona central (1 cm) y más ligeros por los extremos (apenas 5 mm). Los listones se unían con una resina, a modo de pegamento. Esta cohesión quedaba muchas veces reforzada por una cubierta de cuero en la parte exterior, así como un aro metálico que rodeaba el contorno.
También contribuía a la unión de la estructura de madera la manija, en ocasiones acompañada de un par de pletinas, Estas piezas estaban fabricadas con hierro o bronce.
La manija dejaba un hueco para la mano que quedaba protegida por un umbo metálico en la cara exterior. Los escudos vikingos redondos no tenían sujeción para el brazo. El umbo era de hierro, con un diámetro de unos 15 centímetros y un grosor de entre 3 y 5 milímetros. Suponía una buena protección para la mano, y quedaba unida al escudo con remaches de hierro.
En cuanto a la decoración, las ilustraciones y crónicas refieren escudos pintados con colores vivos. La mayoría contaba con espirales o patrones geométricos sencillos, aunque también había dibujos más elaborados de criaturas mitológicas. Por otra parte, también se ha encontrado escudos vikingos con adornos de plata y oro. No olvidemos que formaban parte del ajuar funerario de los grandes guerreros.
Escudo vikingo de cometa
Esta morfología más moderna presentaba muchas similitudes con su predecesora. Las principales diferencias las encontramos en un peso mayor (6-7 kg) y el sistema de sujeción que sustituía a la manija.
Por todo lo demás, el escudo de lágrima o de cometa también estaba conformado por láminas de madera que se recubrían con un forro de cuero. De igual forma, se decoraban con pintura.
Los primeros modelos de este tipo de escudos eran convexos y conservaban el umbo para proteger la mano. Sin embargo, estas dos características fueron desapareciendo hasta llegar a los modelos planos.
Muro de escudos
El muro de escudos o skjaldborg era una de las tácticas favoritas de los vikingos. Consistía en formar una pared muy difícil de romper para chocar con el enemigo. La primera línea de batalla se colocaba hombro con hombro, solapando sus escudos, mientras que la segunda línea asomaba sus lanzas por encima.
Esta peculiar formación de erizo también podía producirse de forma circular cuando los vikingos eran rodeados.
Hay que decir que los escudos redondos estaban diseñados para el muro de escudos, más que para un uso individual. La introducción de nuevas formaciones a partir del siglo X obligó a utilizar unos escudos que protegieran mejor a sus portadores, como los de lágrima.
Otra táctica que podemos mencionar era el svinfylking, una formación en cuña con la que los guerreros intentaban abrirse paso entre la línea enemiga.