Para los antiguos escandinavos, la espada era un objeto fundamental. Y un milenio después, la espada vikinga sigue causando fascinación. En un tiempo de miseria, los guerreros la heredaban de sus padres o la tomaban como trofeos después de las batallas.

Y es que, aunque el hacha vikinga fuera el arma más utilizada y siga siendo un icono de estos guerreros, los nórdicos ansiaban esgrimir una buena espada de hierro. Ahí queda la creencia religiosa de que sólo iban al Valhalla quienes murieran con la espada en la mano.

Cómo era la espada vikinga

La espada fue una de las armas más utilizadas durante la Edad Media, y no es de extrañar. Su alta efectividad permitía matar a un enemigo de un solo golpe. Los vikingos emplearon espadas distintas a las de los pueblos del sur de Europa. Los soldados de los reinos descendientes del Imperio Romano seguían empuñando espadas cortas: eran los clásicos modelos romanos (gladium y spatha) con muy pocas evoluciones.

Partes de la espada vikinga

Partes de la espada vikinga.

Frente a este continuismo, los nórdicos forjaron espadas más grandes y pesadas. Las características principales de las espadas vikingas eran:

  • Una hoja más gruesa en la zona del puño que se iba estrechando hacia la punta.
  • Hoja larga, de hasta 90 centímetros.
  • Hoja recta de doble filo, con acanaladura.
  • Empuñadura corta, con el pomo lobulado o triangular.
  • Punta muy poco afilada.
  • Mayor peso, con el punto de equilibrio hacia el extremo.
Ejemplos de espadas vikingas

Ejemplos de espadas vikingas.

En cuanto a la ornamentación, se han encontrado algunas espadas decoradas. Símbolos y runas están presentes en la hoja, cerca de la empuñadura. Esto es más habitual en las espadas de los nobles, que utilizaban sus armas decoradas como símbolo de riqueza y prestigio.

Celébre es el caso de las espadas Ulfberth, un nombre que se ha encontrado en numerosas espadas. De hecho, son tantos los ejemplares encontrados que lo más probable es que se trate de un taller o forja de renombre.

Espadas Ulfberth

Espadas Ulfberth.

Cómo se usaban

La morfología de la espada vikinga nos revela el modo de esgrimirla. Dado que la punta de estas armas era prácticamente roma, es evidente que estaban concebidas para cortar, no para pinchar. Además, la inclinación del peso hacia el extremo permitía lanzar golpes muy poderosos aunque estorbaba la recuperación del arma tras asestar un tajo.

Este detalle nos hace pensar que se trataba de un arma completamente ofensiva. No servía, en consecuencia, para detener o desviar golpes. Las luchas de espada contra espada son un recurso cinematográfico que no tuvo eco en la historia, puesto que los guerreros nórdicos trataban de esquivar tajos y propinar golpes letales.

El hecho de que la empuñadura fuese corta evidencia que las espadas vikingas se manejaban con una mano. En la otra mano y como complemento defensivo, los antiguos escandinavos portaban los archiconocidos escudos vikingos. Ya sea redondeados o en forma de cometa. Otras posibles protecciones eran la armadura y el casco.

Por todo esto, las espadas vikingas eran ideales para ser empuñadas en formaciones abiertas o sin formación. Permitían descargar fuertes golpes pero dejaban expuestos a sus portadores hasta que replegasen el brazo. De ahí la necesidad de equiparse con escudos grandes y manejables.

Calavera batalla de Visby

Calavera de la batalla de Visby con una herida hecha con una espada.

Evolución y tipos de espadas vikingas

La era vikinga duró más de tres siglos, por lo que las espadas que utilizaban estos pueblos nórdicos experimentaron modificaciones. Fundamentalmente, la espada vikinga va ganando en longitud y en peso, aunque nunca sobrepasa los 1,5 kg. La hoja acusa el ensanchamiento en la empuñadura, estrechándose hacia la punta. Además, la guarda se acorta.

La espada vikinga tradicional da paso a la espada normanda, vigente entre los siglos X y XII. Se trata de un arma con la hoja más estrecha y alargada. La punta está afilada, con lo que la espada sirve tanto para dar tajos como para estocar. Por otro lado, la guarda se ensancha para proteger mejor la mano y el punto de equilibrio se retrasa hacia el centro para facilitar la defensa.

Las espadas normandas serían las antecesoras de las grandes espadas medievales. A diferencia de las vikingas, éstas también ofrecían características defensivas. La punta empieza a ser afilada, aunque se mantiene el tajo como el ataque principal.

Espadas vikingas

Las espadas noruegas, activas entre el año 775 y el 900, son muy diferentes. El puño adopta la forma del sable y se prescinde del doble filo, con un uso similar al de estas armas. Aunque, eso sí, son de hoja recta.

Otra tipología que encontramos en estas armas vikingas es la espada británica, común en las islas entre los años 875 y 950. Son más cortas, de sólo 75 centímetros, y con la guarda curva en dirección a la hoja y el pomo en sentido opuesto.

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