Resulta curioso que, al hablar de vikingos, Finlandia y la región báltica se conciban como una especie de vacío entre Escandinavia y Rusia. Y es que conocemos las aventuras de los vikingos en Europa Occidental y su expansión por el actual territorio ruso pero… ¿qué fue de Finlandia durante la Era Vikinga?

Lo cierto es que el área del Báltico era esencial para las comunicaciones y rutas comerciales de los vikingos. Los escandinavos franquearon las costas bálticas y se adentraron en la actual Rusia. Sabemos que los varegos se asentaron en las estepas rusas y establecieron contacto con el Imperio Bizantino (donde formaron la célebre Guardia Varega) o los árabes.

Mapa de Europa al principio de la Era Vikinga

Mapa de Europa al principio de la Era Vikinga (primera mitad del siglo IX).

La llegada de los vikingos al Báltico

En torno al siglo VIII, la influencia vikinga llegó a las costas finesas y bálticas. Sus guerreros asimilaron elementos de la cultura escandinava hasta un punto que era difícil distinguirlos. El diseño de sus asentamientos y puertos, la construcción de barcos o la forja de armas y joyas sigue el patrón de los suecos y gotlandeses. Es decir, de los vikingos del este.

¿Los finlandeses y estonios eran vikingos?

Esto ha llevado a algunos historiadores a considerar que los guerreros que vivían en las modernas Finlandia y Estonia eran también vikingos. No por una cuestión genética o étnica, sino más bien por las costumbres y actividades. Así, por ejemplo, señalan que los varegos que fundaron Kiev eran tanto suecos como fino-bálticos.

Los defensores de esta hipótesis se apoyan en hallazgos arqueológicos así como en fuentes escritas. La investigadora estonia Marika Mägi explica que no se considera a finlandeses o estonios como pueblos vikingos porque la actual concepción de los vikingos es fruto de la oleada nacionalista del norte de Europa a finales del siglo XIX. Por aquel entonces, Finlandia y Estonia estaban integradas en un heterogéneo Imperio Ruso que incentivaba la rusificación de sus pueblos.

Además, muchos de los libros que abordan el rol de estos países en la época vikinga están escritos en idiomas locales, lo que dificulta el acceso de científicos extranjeros.

Eso sí, cabe decir que todavía son muchos los expertos que no contemplan estas teorías.

Finlandia durante la Era Vikinga

Las modernas Estonia y Finlandia eran un territorio pantanoso y estaba escasamente poblado por las tribus fino-bálticas (que no deben ser confundidas con las bálticas, las cuales son antecesoras de las actuales Letonia y Lituania). En el caso de Finlandia se puede distinguir entre los fineses propiamente dichos, los tavastianos y los kvanos.

Sociedad y cultura finesas

Los fineses no tenían grandes ciudades ni una compleja organización social. Sus actividades principales eran la agricultura y la caza. También contaban con un idioma, el finlandés, muy distinto a los descendientes del nórdico antiguo. Lo cierto es que los fineses tenían su propia religión distintiva, el paganismo finés. Similar a lo que sucede con el Ásatrú, existe un neopaganismo finés llamado Suomenusko.

Lo cierto es que los vikingos no se molestaron e intentar una conquista de Finlandia. Esto puede parecer sorprendente dada la cercanía geográfica, pero tiene su explicación. Por un lado, había poco que saquear. Y es que lo único que los suecos encontraron interesante en aquellos parajes fue las pieles por las que comerciaban con los fineses. Pero también había otro motivo.

Defensa del territorio

Los fineses tenían un efectivo sistema de señales de fuego en el archipiélago y la costa. En caso de ataque enemigo, los fineses tomaban los objetos de valor y se refugiaban en la espesura del bosque. Disponían de cabañas escondidas e incluso de fuertes tras los que parapetarse. Se han encontrado más de 100 construcciones de este tipo, denominadas muinaislinna o linnavuori en finés.

Esto hacía que los pillajes en aldeas finesas no fueran productivos. Consecuentemente, el foco de atención vikinga se desvió hacia otras regiones a todas luces más prósperas.

Restos de un muro del fuerte de Rapola (Finlandia).

Restos de un muro del fuerte de Rapola (Finlandia).

Asentamientos vikingos en Finlandia

Ahora bien, esto no quita que hubo algunos asentamientos vikingos en Finlandia. De hecho, antes incluso del inicio del período vikingo había suecos asentados en el suroeste de Finlandia o las islas Aland. Posteriormente llegó a haber asentamientos también en zonas más alejadas como el litoral del Golfo de Finlandia e incluso en el interior, como Tampere.

Se ha encontrado espadas vikingas con el característico nombre Ulfberth grabado en sus hojas, lo que evidencia la muerte de algunos guerreros vikingos en estos parajes. También hachas, broches y otros objetos. Pero nada sugiere que algún finés hubiese regresado a su tierra con un botín notable después de alguna expedición.

Hacia el final de la época vikinga se produjeron saqueos por parte de suecos y daneses. En este período, mientras tante, rusos y alemanes estaban más enfocados al comercio con los fineses.

Algunos episodios

Las sagas y crónicas han dejado testimonio de algunos acontecimientos concretos que vinculan a los vikingos con la actual Finlandia. A continuación, relatamos algunos de ellos.

Los fineses contra Ragnar Lodbrok

El rey finés Matul apoyó a Bjarmaland (región que presumiblemente se encontraba al sur del Mar Blanco y el río Dviná Septentrional contra el caudillo danés Ragnar Lodbrok. Así lo recoge Saxo Grammaticus en Gesta Danorum. La Suomen kronikka del siglo XVII data esta refriega en el año 818.

El texto refiere que los fineses tenían cuerpos ágiles, gran habilidad con el arco y se desplazaban a gran velocidad con sus patines de nieve. Si bien eran una tribu pobre y mal equipada y fueron derrotados por Ragnar.

La batalla de Herdaler

La Saga de Olaf Haraldsson cuenta cómo Olaf saqueó las costas de Finlandia y casi murió en batalla. Este caudillo vikingo asaltó el territorio finés el año 1007 o 1008. Los locales recogieron sus pertenencias de valor y se replegaron hacia los bosques. A continuación contratacaron a los vikingos, que perdieron muchos hombres en su retirada hasta sus barcos. Olaf Haraldsson posteriormente se convertiría en Olaf II de Noruega y en San Olaf.

Faravid de Kvenland

La Saga de Egil Skallagrímson menciona a un tal rey Faravid de Kvenland, región que estaría ubicada en Satakunta, al suroeste de Finlandia. Según el relato islandés, este monarca se alió con los vikingos noruegos para repeler las invasiones de los karelios procedentes del este. En un par de expediciones comunes, los nórdicos y el pueblo kveno atacan Karelia y consiguen un buen botín.

La saga, compuesta en el siglo XIII, sitúa este hecho en el siglo IX aunque para los historiadores esta fecha es demasiado temprana como para ser creíble. Cabría ubicar estas tensiones con los karelios en el siglo XII.

No hay más menciones de Faravid en otras sagas (aunque sí de los kvenos). De hecho, Faravid no es un nombre finés sino nórdico, probablemente una traducción del finés Kaukomieli o Kaukamoinen.

Piedra rúnica Gs 13 de Gävle

Piedra rúnica Gs 13, ubicada en la iglesia de Gävle (Suecia). Data del siglo XI e indica que está erigida en honor de Egill que murió en una campaña en Tavastia (Finlandia) liderada por Freygeirr.

Finlandia después de la Era Vikinga

Cuando los reinos vikingos se cristianizaron, Suecia y Dinamarca emprendieron tres y dos cruzadas respectivamente contra las tribus finesas. Éstas, a su vez, protagonizaron algunas expediciones a Suecia. Finalmente, en 1154 el estado sueco impuso su control sobre Finlandia e intentó erradicar el paganismo finés en un proceso que duraría hasta el siglo XVIII. Algunos suecos se asentaron en Finlandia para gobernar al nuevo estado vasallo, de ahí que aún hoy exista una importante comunidad suecohablante en el oeste de Finlandia.

Desde el siglo XII Finlandia fue campo de batalla entre Rusia y Suecia. El país báltico pasó a manos rusas en 1809 y alcanzaría la independencia como estado independiente en 1917.

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