El más sabio de los dioses

Dotado de buen corazón y una sabiduría sin parangón, Kvasir es el origen de la poesía y una de las personalidades más singulares de la mitología nórdica.

¿De qué es exactamente dios Kvasir?

Si bien Odín era reconocido como el dios de la poesía y la sabiduría, el rey de los dioses le debe mucho a Kvasir. Como se relatará más adelante este artículo, Odín recibió buena parte de su sapiencia a gracias a este dios.

Kvasir era el dios vikingo más sabio y se dedicaba a responder todas las preguntas que tanto dioses como humanos le formulaban. Viajó a lo largo y ancho de los nueve mundos difundiendo el conocimiento y ayudando a sus gentes.

Orígenes y genealogía

La guerra entre los æsir y los vanir, los dos clanes de dioses nórdicos, terminó con la forja de un pacto. Para sellar la paz, todos los dioses escupieron por turno en un mismo cuenco antes de celebrar un banquete. Al finalizar el banquete, Odín afirmó que sería un desperdicio no aprovechar esa mezcla de todas las salivas. Frey sugirió producir algo con ella, y su hermana Freya propuso crear un hombre. Así fue como la diosa metió sus manos en el cuenco y dio forma humana a la saliva.

Así nació Kvasir, que inmediatamente demostró que la combinación de saliva de todos los dioses era extremadamente potente. El nuevo dios conocía todos los poemas y canciones y exhibía una sabiduría incomparable. Tras hablar con los dioses, emprendió un largo viaje por todos los mundos buscando respuestas a preguntas que todavía no se le habían formulado. Viajó de aldea en aldea, tratando con seres de toda naturaleza e intercambiando conocimiento.

El nombre «Kvasir» tiene una etimología incierta. La raíz kvas- podría proceder del protogermánico kvass-, que significa «estrujar». Esto estaría relacionado con la práctica de estrujar frutos para obtener su jugo, algo que se comprenderá mejor cuando se lea el mito sobre la muerte de Kvasir que hay a continuación.

Mitos más importantes de Kvasir

La muerte de Kvasir

Había dos hermanos enanos muy malvados llamados Fjalar y Galar, nombres que significan respectivamente «impostor» y «gritón». Un día invitaron a Kvasir a visitarles en su caverna con la premisa de que tenían que preguntarle algo que nunca nadie le había preguntado.

Kvasir acudió a la cita, y los enanos le condujeron a su taller en el interior de la caverna. Allí Kvasir divisó multitud de tarros de miel, un caldero y dos tinas. Inquirió por la pregunta que habían de hacerle, a lo que los enanos repusieron que, si era tan sabio, sabría cuál era la pregunta que querían hacerle antes de formularla. Viendo a su alrededor, Kvasir les dijo que querían matarle para recoger su sangre en las tinas para luego vertirlas en el caldero y calentarla a fuego lento. Luego la mezclarían con la miel y dejarían la mezcla fermentando hasta que se convirtiese en el mejor hidromiel.

Efectivamente, Fjalar y Galar degollaron a Kvasir, recogieron hasta la última gota de su sangre y procedieron como él había adivinado. El resultado del proceso fue el hidromiel de la poesía, un brebaje que otorgaba el don de la poesía y la sabiduría a quien lo tomase.

Los enanos obtienen la sangre de Kvasir.

Los enanos obtienen la sangre de Kvasir. Ilustración de Franz Stassen.

A la mañana siguiente, los dioses llegaron a la caverna preguntando a los enanos por el paradero de su colega. Ellos les entregaron el cuerpo de Kvasir, explicándoles que se había ahogado en su propia sabiduría al no haber nadie capaz de preguntarle algo cuya respuesta no conociera.

Las maldades de Fjalar y Galar siguieron adelante. Un tiempo más tarde, fueron a la morada del torpe gigante Gilling. Le pidieron que los llevara en su bote hasta el medio de un lago. Hundieron la embarcación haciendo que el gigante se ahogase, mientras que ellos nadaron hacia la costa. Subieron al techo de la morada de Gilling con una pesada rueda de molino y gritaron que el gigante se había ahogado. La esposa de Gilling salió de la casa, momento en el que los enanos arrojaron la rueda de molino sobre su cabeza para matarla. El ambicioso hijo de la pareja de gigantes, Suttung, se enteró de lo sucedido y amarró a los enanos a unas rocas que serían cubiertas por la marea. Fjalar y Galar consiguieron salvar sus vidas a cambio de entregar a Suttung el hidromiel fabricado con la sangre de Kvasir.

Suttung escondió el hidromiel en su casa y le ordenó a su hija Gunnlod que lo custodiara. Odín se las ingenió para llegar hasta este escondite tras trabajar durante todo un verano en la granja del hermano de Suttung. Convenció a Gunnlod para darle tres sorbos al hidromiel, pero se bebió todo el recipiente y acto seguido escapó convertido en un águila.

Así fue cómo Odín obtuvo el don de la poesía y la sabiduría. La expresión «sangre de Kvasir» se podía utilizar para referirse a la poesía, como recoge el tercer capítulo de Skáldskaparmál en la Edda poética.

La captura de Loki

Después de matar a Balder por envidia, el astuto Loki intentó zafarse de la ira de los dioses retirándose a una casa en lo alto de una montaña. La morada tenía cuatro puertas para poder divisar a los dioses en caso de que se acercaran. Durante el día, Loki se adoptaba la forma de un salmón y nadaba en la cascada Franang. Por la noche se entretenía tejiendo una red de pesca junto a la hoguera en el interior de la casa.

Eventualmente, la intensiva búsqueda de los dioses les condujo a la casa en la montaña. Rápidamente, Loki tiró su red al fuego y se convirtió en salmón para huir. Los dioses entraron en la morada, y fue Kvasir quien se dio cuenta de lo que ardía en la hoguera. ¿Por qué habría quemado Loki una red? La cosa estaba clara: ¡para evitar que los dioses la usaran para capturarlo!

De esta manera, los dioses usaron redes para buscar a los peces que había alrededor y finalmente dieron con Loki. Este maligno personaje permanecería cautivo hasta el Ragnarök.

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