Uno de los aspectos que distinguen a una civilización es el arte. Podemos hablar de la existencia de un arte vikingo que los artistas nórdicos desarrollaron y expandieron allá donde llegó la influencia escandinava.
Una cosa que debemos tomar en consideración sobre el arte vikingo es que no se trataba de un arte meramente estético. En lugar de ello, las diversas técnicas artísticas se aplicaban en objetos de uso cotidiano como armas o herramientas. Los amuletos y objetos religiosos, tanto paganos como cristianos, también se enriquecieron con el talento de los orfebres y otros artistas nórdicos.
Por otro lado, cabe explicar que las distintas tierras vikingas tenían unas raíces comunes (entre ellas el idioma) y mantenían relaciones comerciales y culturales entre ellas. Esto hizo que se transmitieron los diferentes estilos artísticos entre regiones lejanas y fragmentadas políticamente.
Los temas principales del arte vikingo
Sin lugar a dudas, la mitología nórdica fue la temática predilecta de los artistas de la época vikinga. En una primera fase se hablaba de Thor, Odín, las valkirias y todo el compendio de los mitos paganos; más adelante, la figura de Cristo fue abriéndose paso y se mezclaron escenas cristianas y paganas. El Ragnarok solía utilizarse como una metáfora del ocaso de los dioses antiguos y la necesidad de convertirse a la nueva fe.
Resulta curioso que en Escandinavia Jesucristo apareciera representado de una manera menos vulnerable. Por ejemplo, la cruz de su crucifixión se solía disimular con una cruz en forma de árbol. Al fin y al cabo, para la mentalidad de la época Jesús era el nuevo protector de los vikingos y debía parecer poderoso.

Piedra rúnica Stora Hammars I, que representa varias escenas, entre ellas un sacrificio humano bajo el símbolo Valknut.
Motivos recurrentes
Por otra parte, a lo largo de dos siglos hubo una serie de motivos comunes en el arte vikingo. Estos recursos no suponían una ruptura radical con lo que los artistas escandinavos habían estado desarrollando con anterioridad. Podemos citar los siguientes:
- Animales entrelazados. Los motivos zoomórficos fueron una constante de los artistas vikingos. A veces como serpientes enroscadas, en ocasiones como animales más grandes peleando entre sí y otras como una gran bestia con serpientes entrelazadas.
- Motivos vegetales. Su importancia varió según predominaba un estilo artístico u otro, pero las hojas de plantas eran un recurso ornamental frecuente.
- Barcos con las velas izadas. El mar era fundamental para los pueblos vikingos, y en muchos objetos encontramos ilustraciones de barcos con las velas desplegadas, como preparándose para realizar un viaje.
- Humanos luchando y muriendo. Las figuras humanas suelen portar armas y participar en combates. Es habitual encontrar un cierto culto de la muerte, con representaciones de personas fallecidas. Por otra parte, las piedras con inscripciones rúnicas rinden tributo fúnebre a personajes importantes.
Interpretación
El nórdico era un arte decorativo y de tendencia abstracta en la mayoría de sus obras. La escasez de información dificulta la interpretación, pero muchos de estos adornos se practicaban sobre objetos a modo de amuletos que supuestamente proporcionaban protección a sus dueños. Desde las inscripciones y tallados en objetos cotidianos espadas, bridas, broches, pendientes, barcos…) hasta pequeños ídolos de bolsillo (martillo de Thor, figuras de Frey, etc.).
Por otra parte, gran parte de la producción artística vikinga dependía de los poderes político, militar o religioso. Hacía falta una gran riqueza para encargar estos trabajos exquisitos.
Soportes del arte vikingo
Por desgracia para la conservación de las obras de arte, los artistas vikingos trabajaron sobre todo en madera. Esto hace que las piezas que nos han llegado hasta nuestros días, mil años después, sean relativamente escasas. No obstante, los antiguos nórdicos también dejaron su impronta sobre la piedra rúnicas y diversos metales. Asimismo, tallaron otros materiales como el cuerno, el ámbar o el marfil de morsa o narval. En menor medida, se tejieron tapices.

El Tapiz de Oseberg (la imagen es una reconstrucción) es uno de los pocos tapices de la Era Vikinga que se han conservado.
Con los objetos metálicos, como los brazaletes o las armas, no se puede tener la certeza de su lugar de fabricación. Sin embargo, las piedras rúnicas sí que son de producción local, lo que ha ayudado mucho a la clasificación de los estilos del arte vikingo.
Para definir los distintos estilos del arte vikingo ha sido fundamental el hallazgo de tumbas en entornos rurales y de materiales de forja en escenarios urbanos. Hay que resaltar también el estado de los objetos artísticos, que han sufrido un deterioro de mil años. Por ejemplo, muchas de las piedras fúnebres estaban pintadas, si bien no nos han llegado esos pigmentos de colores.
Estilos de arte vikingo
Podemos distinguir hasta seis estilos de arte nórdico durante la Era Vikinga. Resulta llamativo que se produzca un solapamiento de fechas, ya que convivieron al mismo tiempo diferentes tendencias.
- Estilo Oseberg (775-875)
- Estilo Borre (850-950)
- Estilo Jellinge (900-975)
- Estilo Mammen (960-1025)
- Estilo Ringerike (1000-1075)
- Estilo Urnes (1050-1125)
A continuación definimos las características de cada estilo.
Estilo Oseberg (775-875)
Esta primera fase es más un refinamiento de lo previkingo (el conocido como estilo E) más que una innovación. Destaca el juego de luz y sombra a través de animales entrelazados que se superponen en varios planos.

Poste de madera con una cabeza de animal del entierro de Oseberg.
Su obra representativa es la colección de maderas de la tumba de Oseberg (Noruega). El estilo Oseberg fue muy popular en territorios vikingos, pero muy poco conocido fuera. Esto se debe a que los vikingos no tenían asentamientos en el exterior por estas fechas.
Estilo Borre (850-950)
Llamado así por los hallazgos en la tumba de Borre (Noruega), esta tendencia plantea dos novedades: por un lado, las bestias entrelazadas se plasman también en 3D gracias a la orfebrería; por el otro, comienzan a utilizarse motivos vegetales. Los patrones con entrelazado geométrico son un recurso que también empieza a verse en esta época. Del mismo modo, es frecuente encontrar un patrón de trenzado similar a los eslabones de una cadena.

En esta piedra de Ballaugh (Isla de Man) observamos los característicos eslabones del Estilo Borre así como una inscripción rúnica.
El estilo Borre fue popular en Escandinavia y tuvo un impacto variable en las colonias vikingas, tanto del este como del oeste. En Irlanda e Inglaterra, donde ya empezó a verse conversiones entre los vikingos, se observan estos motivos artísticos en esculturas cristianas.
Estilo Jellinge (900-975)
Con el Jellinge hablamos ya de un estilo artístico universal en todo el mundo vikingo. Su principal motivo es el entrelazado de animales en forma de S. Estas criaturas se contorsionan con la cabeza de perfil y un característico pliegue en su labio superior.

La piedra rúnica de Jelling, de tres caras, representa a Jesucristo. Probablemente estaba coloreada porque el relieve es poco profundo.
Estilo Mammen (960-1025)
El estilo Mammeen y sus sucesores se consideran Arte Vikingo Tardío. Esta corriente incorpora grandes innovaciones temáticas. En los objetos de este estilo, como el hacha ornamental de Mammen, podemos observar a una gran bestia con muchos zarcillos acabados en espirales que se entrelaza con varias serpientes de menor tamaño. En ocasiones, esta gran bestia presenta una cara de pájaro. Otro motivo recurrente es el de máscaras humanas con largos bigotes y barba.

Caja de San Isidoro de León de origen vikingo y en estilo Mammen.
Es notorio el hallazgo de objetos artísticos de esta época fabricados en materiales no metálicos. Como ejemplo podemos citar el relicario de la basílica de San Isidoro de León, producido en asta de reno.
Estilo Ringerike (1000-1075)
Unas piedras rúnicas de Noruega dan nombre a esta corriente, en la que las piedras memoriales abundan. Se siguen utilizando los motivos de Mammen: la gran bestia y el pájaro. No obstante, las terminaciones de sus extremidades son menos enrevesadas, con un esquema más ordenado. Por otro lado, los patrones de follaje tienen una gran presencia.

La Veleta de Söderala (Suecia), un estandarte en estilo Ringerike. Fabricada en bronce, muestra a una gran bestia rodeada por zarcillos con un animal más pequeño mordiéndole las patas delanteras y una serpiente enroscada en sus cuartos traseros. Las franjas del marco presentan ornamentación foliada.
Muchos de los objetos del estilo Ringerike pertenecen a la Iglesia. La extensión de esta corriente artística alcanzó todas las áreas de influencia vikinga: Escandinavia, Islandia, Inglaterra, Irlanda, el Báltico, etc.
Estilo Urnes (1050-1125)
Los relieves de madera de la iglesia de Urnes (Noruega) constituyen el objeto artístico más destacado del último estilo de arte vikingo. Aquí los animales representados son muy esbeltos y se entrelazan en forma de 8. Normalmente, se trata de serpientes que rodean a una gran bestia. Las decoraciones vegetales pierden importancia en este período.
El estilo Urnes tiene origen en Suecia y la isla de Gotland, y se difundió mucho en Escandinavia porque coincidió con la gran expansión del cristianismo. De hecho lo podemos encontrar frecuentemente en iglesias y piedras fúnebres, aunque también inspiró a la hora de decorar muebles de madera.

Ornamentación del portal de la Iglesia de Urnes.
Además, esta corriente se expandió hacia Rusia, Islandia y las islas británicas entre otros territorios. Resulta llamativa una inscripción sobre un león del puerto de El Pireo en Atenas.
El arte después de la Era Vikinga
El estilo artístico que sucede a las diversas tendencias que hemos comentado aquí es el románico. Este arte estuvo vigente desde el siglo XI hasta el XIII en gran parte de Europa. Pese a que se trata del primer estilo relativamente universal en el viejo continente, la estética del románico nórdico presenta una clara influencia del arte vikingo. El mismo impacto se aprecia en Irlanda, y en mucha menor medida en tierras anglo-normandas.