En el post de hoy explicamos cómo era la casa vikinga. Los restos encontrados en excavaciones nos dan pistas de su construcción y la disposición de sus habitaciones. La vivienda de los antiguos escandinavos trataba de adaptarse a las adversas condiciones climáticas, con largos y gélidos inviernos.

¿De qué estaban hechas las casas vikingas?

El principal material utilizado para construir la casa vikinga era la madera. Otros materiales secundarios eran la piedra y el tepe, un trozo de tierra y raíces cubierto de césped.

Dado que la madera se deteriora fácilmente con el paso de los siglos, no ha quedado prácticamente nada de las casas vikingas sobre el nivel del suelo. En consecuencia, lo que hoy sabemos sobre las viviendas de los antiguos escandinavos son interpretaciones de los hallazgos arqueológicos.

Partes de la casa vikinga

La estructura

El plano más habitual de la casa vikinga es rectangular, con una longitud variable y en ocasiones con muros curvos. La anchura, por su parte, no solía exceder los 5 metros. Dos filas de postes soportaban las vigas del techo y recorrían el largo del edificio. En consecuencia, dividían la casa en una nave central y dos laterales, más estrechas.

No obstante, a finales de la era vikinga se extendió otra tipología de vivienda. Las dos hileras de postes se encajaban en los muros, de modo que sólo había un único espacio.

La diferencia entre las casas vikingas de los nobles y las del pueblo llano estribaban en las dimensiones y en cómo estaban amuebladas. En la localidad de Borg, en las Islas Lofoten (Noruega), se ha encontrado un edificio de 83 metros de largo. Por su gran extensión podemos deducir que se trataba de la casa de un jefe vikingo.

En Dinamarca se utilizaba madera de roble para los postes de las casas. Entre estos postes se colocaban paneles de mimbre construidos por madera de avellano y sauce mezclada con arcilla y estiércol. Es lo que se conoce como zarzo. Los miembros más pudientes del clan sí contaban con sólidos muros de madera.

Partes de la casa vikinga

Por otro lado, en la península escandinava no abundan los robles. Por eso en Suecia y Noruega se empleaban maderas blandas de coníferas. En este caso, largos maderos horizontales se apilaban uno sobre otro, con muescas en los extremos para formar las juntas. La longitud de los troncos determinaba el largo de las habitaciones, de modo que las casas constaban de varias habitaciones independientes que se construían una al lado de otras para formar un bloque.

La estructura de madera, incluido en ocasiones un suelo de madera (aunque normalmente era de tierra batida), descansaba sobre una fila de piedras que formaba una solera. Esto impedía que la madera se pudriera al estar en contacto con el suelo mojado. Precisamente es esta disposición de piedras lo único que ha quedado de casi todas las casas vikingas

En cuanto al techo, normalmente estaba formado por paja, tepe o tablillas de madera. Debido a las lluvias y la nieve, el tejado era a dos aguas. Esta disposición, en forma de barco invertido, también proporcionaba más espacio interior.

Casa vikinga rural

Las habitaciones de la casa vikinga

En cuanto a la disposición de habitaciones, un extremo de la vivienda se utilizaba como granero o se adaptaba como cuadra para el ganado. La inclusión de los animales dentro de la vivienda proporcionaba más calor para sus habitantes, y al mismo tiempo permitía a los granjeros vikingos tener más vigilados a sus animales.

El espacio para las personas contaba con una lumbre en el centro para dar luz y calor. Este hogar también servía para cocinar, aunque la casa vikinga no está dotada de chimenea. En lugar de esto, el humo salía por una claraboya en el techo. La principal fuente de luz era el hogar central, aunque también podía haber un par de ventanucos.

Como refleja una reciente investigación, la disposición de estas casas con poca ventilación y el fuego permanentemente encendido, exponía a los vikingos a un gran nivel de contaminación. A la larga, el humo provocaba diversos problemas de salud, especialmente en las mujeres, ya que éstas pasaban más tiempo dentro del hogar.

Unos bancos de tierra reforzados con mimbre recorrían las paredes internas de la casa. Servían tanto para sentarse como para acostarse, y en ellos se practicaban labores cotidianas como tejer o fabricar cestos.

La puerta de las viviendas era de madera, y se podía cerrar con una llave. De hecho, el símbolo de la mujer libre era el manojo de llaves de su casa. En la sociedad vikinga, la mujer era la señora de la casa o husfreya, y se encargaba de gestionar el hogar.

Interior casa vikinga

Réplica de una casa vikinga.

La casa vikinga en la ciudad

Las viviendas que se encontraban dentro de las muros de las ciudades no contaban con espacios para almacenar el grano o guardar el ganado. En consecuencia, eran más pequeñas que las casas vikingas rurales.

En Hedeby, Dinamarca, se han conservado los cimientos y las partes inferiores de los muros de algunos edificios de madera. Las casas eran rectangulares, de unos 12 metros de largo por 5 metros de ancho. Los pilares de madera estaban apoyados en el exterior con postes inclinados. El conjunto contaba con un revestimiento de zarzo.

Estas casas contaban con una habitación grande, que albergaba el hogar, y dos pequeñas, una a cada extremo, como espacio de trabajo y para almacenar los productos artesanales de sus moradores.

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